En la época dorada del Frontón de López su fama acababa llegando a los oídos de todo aficionado a la paleta goma maciza. Tal fue el caso de un subcampeón vasco-navarro de culturismo: Óscar Escamilla. Al igual que todos los seducidos por este canto de sirena, acudió al concurrido recinto pamplonés. No presencié su debut pero causó impresión porque todos los aficionados corrieron la voz: un nuevo pelotari, de dimensiones titánicas, 94 kg de músculo en 1.73 cm de altura, empezaba a merodear la cancha.
Sin embargo, para jugar con los mejores, necesitaría reducir su volumen. La fuerte competencia que se vivía entonces le obligaba a hacerlo. Contaba con unos brazos muy fuertes y coordinados, así como con unas piernas potentes y rápidas, pero sus 94 kg le restaban agilidad en las frenadas y cambios de dirección.
Su disciplina surtió efecto y su nivel fue ascendiendo a medida que perdía peso. Llegó a subcampeón navarro individual, sólo superado aquel año por Carlos Monreal.
Su mejor campeonato
Ustárroz, finales de los años 90. Campeonato de fin de semana. Premio:100 mil pesetas, como 1000 euros de hoy. En realidad, son 600 euros, pero la vida era más barata que hoy.
Frontón de 30 metros. En este tipo de cancha, los zagueros necesitan una buena izquierda, sobre todo para el golpe de arriba, con el fin de: colocar la pelota alta y atrás, arrimada, para hacerla morir en el rebote; devolver esas mismas pelotas, a ser posible al mismo sitio; y rebotear. En aquella época, el especialista a batir en frontón corto era Vicente Noáin, del que hablo en otra entrada. Se apuntó con Pachi García, el peluquero (tiene una peluquería en la calle Pío XII de Pamplona). Pareja favorita, por tanto.
Óscar, zaguero, se apuntó con Pello Armendáriz como delantero, de quien también hablo en otra entrada.
Semifinal: Armendáriz-Escamilla contra Gacía-Noáin. Duelo de zagueros, durísimo. A la condición física y habilidad técnica de Noáin no podía enfrentarse cualquiera. Óscar se preparó a conciencia: bajó a 78 kg. Desde los 94 kg de sus inicios en el López había perdido ¡16 kg! Nunca se había encontrado tan ágil y resistente. Y saltó la sorpresa: Armendáriz-Escamilla finalistas. Pocos pelotaris pueden decir que han derrotado a Noáin en frontón corto.
En la final les esperaba otro coloso: Míkel Pernaute, con Choperena como delantero, ganó el partido.
Agachados, de izquierda a derecha: Pernaute, Urra,
Monreal y Escamilla.
Óscar Escamilla y Carlos Paternáin, Terceros en el Campeonato de Barañáin, años 90.
En semifinales, habían perdido contra Domínguez-Robles.