Este blog pretende describir lamodalidad de frontón más practicada en el norte de España(sobre todo en Navarra, La Rioja y Comunidad Autónoma Vasca; también en Barcelona, Aragón, Castilla y León, Madrid, Sevilla, Almería...) Se juega con una paleta de madera de haya y con una pelota de goma maciza.
No existe el Campeonato de España, pero sí campeonatos locales, provinciales y uncampeonato interprovincial(el GRAVN, entre Guipúzcoa, La Rioja, Álava, Vizcaya y Navarra).
En Francia se juega con una pelota más ligera y blanda, y con una pala más ligera y delgada. Allí se juega un campeonato nacional. La gran diferencia de peso de las pelotas(en España, 65-66gr., en Francia 50-55 gr.) y de las palas (en España 500-600 gr., en Francia menos de 500 gr.) hace que los juegos no sean comparables. Por ello en Francia cuando se refieren a la pala de más de 500 gramos la llaman española.
PERIÓDICO EL PENSAMIENTO NAVARRO 16 DE MAYO DE 1925
EN ARTAJONA, INAUGURACIÓN DEL FRONTÓN
Ayer por la tarde se inauguró el frontón de Artajona. El se día de San Isidro y el anuncio de dos buenos partidos que para tal inauguración se habían organizado, hizo que en esa populosa villa cayera una multitud de pueblos vecinos, no faltando un par de centenares de pamplonicas.
La bonachona temperatura, excesivamente primaveral, contribuyó mucho a que se congregara en Artajona el enorme gentiazo que hubo, tan grande o superioral que acude a las fiestas de Septiembre.
El frontón es muy bonito y quizá el mejor o uno de los mejores de Navarra.
Todos cuantos lo vieron hicieron unánimes elogios de él. Mide 37 metros de largo, distribuidos en 12 cuadros.
Está instalado frente a la casa del Alcalde y próximo a la carretera de Pamplona.
El acarreo de los materiales y parte de los gastos, los ha costeado el Alcalde don Javier Domezáin.
A las cuatro de la tarde la banda del Ayuntamiento recorrió las calles tocando alegres piezas.
Por esta hora llegaron de Pamplona varios automóviles con una porción de pamplonicas, deseosos de pasar unas horas en la simpática villa de Artajona.
A continuación se celebraron dos partidos de pelota: uno a cesta y otro a pala.
En el de cesta jugaron Guelbenzu y Echezarreta a Cestona y Arrizabalaga.
Resultó un partido muy bonito y entretenido. Los pelotaris tuvieron que contener sus energías para no echar las pelotas fuera del frontón.
Primeramente se adelantaron Cestona y su compañero, pero luego fueron alcanzados por Guelbenzu y Echezarreta, registrándose igualadas en los tantos 26 y 33. Volvieron a igualarse en el tanto 38 y, a partir de aquí, se adelantó Guelbenzu, que cumplió el tanto 50 cuando sus contrarios no tenían más que 47.
Después jugaron a pala Miguel Ángel Martínez y Pello Mari Baleztena a Pepe Murillo y Arrizabalaga. Este partido, que se esperaba fuese competido, resultó muy desigual y sin ningún interés. Vencieron Murillo y Arrizabalaga, dejando a Michel y a Pello en 37 tantos para 50. Pello Mari no acertó a empalar y perdió muchos tantos, a pesar de sus buenos deseos de satisfacer. Esta fue la causa de que el partido perdiese interés.
Terminados los partidos, la banda tocó varios bailables en la plaza.
Por la noche, a las ocho y media, en el Casino de "La Amistad", se celebró un banquete, al que asistieron unos sesenta comensales, entre ellos los pelotaris y otras personas a quienes invitó el Alcalde.
A media noche, con una temperatura agradable, y cuando la alegría y el bullicio todavía continuaban, emprendimos el regreso, satisfechos de las horas pasadas en Artajona y agradecidos de las atenciones de que fuimos objeto.
La idea con que comencé este trabajo consistía en recoger toda la información que me fuera posible par redactar una historia del frontón de Artajona. Pretendía escribir dos partes bien diferenciadas: una, acerca de la construcción y remodelaciones del frontón; otra, acerca de la historia del juego de la pelota en el mismo.
Con el fin de recabar información de la primera parte busqué entre los archivos el Ayuntamiento de Artajona, pero sólo encontré algún presupuesto y proyecto de 1898 y 1903, anteriores a la construcción de 1925. En los archivos referentes a "Obras municipales" hay un vacío entre los años 1918 y 1936. Tampoco aparece nada de las remodelaciones.
En 1992 entrevisté a varios vecinos del pueblo sobre los aspectos que me parecieron más relevantes.
Todo lo que presento a continuación se basa en la información aportada por los entrevistados, salvo la descripción del frontón, alguna reflexión personal y el artículo periodístico que transcribo al final. Ese artículo es el único documento escrito que he encontrado acerca del frontón: se trata de una publicación del periódico El Pensamiento Navarro, de fecha 16 de Mayo de 1925, en la que se da cuenta de la inauguración del frontón.
A continuación citaré a los vecinos de Artajona que más información me proporcionaron (en 1992).
(1) Jesús Úsar Baigorrotegui, de 77 años de edad. Fue pelotari y, durante los años 50, trabajó en una carbonería cerca del frontón.
(2) Pedro Alzórriz Sarriguren, 86 años. No fue pelotari, pero su sorprendente memoria me facilitó la fecha exacta de la inauguración del frontón, lo cual me dio la pista para encontrar el artículo ya mencionado.
(3) José María Yárnoz, 60 años, pelotari.
(4) José Úsar Baigorrotegui, 74 años. Fue pelotari y, entre los años 1944 y 1983, ejerció de barbero en la barbería situada de cara al frontón.
El número que precede a cada persona me servirá para indicar quién me facilitó determinadas informaciones.
1. La construcción del frontón.
A principios del siglo XX Artajona no disponía de ningún frontón, aunque sí de un pequeño trinquete. En los años 20 presidió la alcaldía de la villa Javier Domezáin, que impulsó la construcción de diversas obras públicas: un generador de electricidad (muy pocos pueblos, por aquel entonces, disfrutaban de este avance), un molino, las aceras de las calles...
La casa de Javier Domezáin se ubicaba en frente de la "cabrería" u "hostería", solar situado dentro del casco urbano, donde se recogían todas las cabras del pueblo (todos los días de la semana) y las caballerías (los sábados y domingos). La basura generada por este recinto (moscas, estiércol, olor pestilente...) perjudicaba al pueblo en general y a la casa del alcalde y demás vecinos de la hostería en particular. Por esta razón algunos vecinos afirman que Domezáin promovió la construcción del frontón en el solar de la hostería con el fin de librarse del maloliente establecimiento. Debemos recordar que se trata de la época anterior a la guerra civil y que las crispaciones entre las dos ideologías que luego entrarían en conflicto eran muy fuertes; pues bien, Domezáin se inclinaba hacia la tendencia republicana (a pesar de disfrutar de una buena posición económica) en una tierra que se levantaría con el bando nacional. Ello le obligó, posteriormente, a huir del pueblo. Con la exposición anterior pretendo sugerir que, tal vez, la opinión de un impulso interesado del frontón se encuentre todavía condicionada por aquellos viejos enfrentamientos.
En opinión de otros vecinos, el frontón se creó porque el pueblo lo necesitaba y, al mismo tiempo, porque se eliminaba una fuente de suciedad perjudicial para todo el pueblo. Ya he mencionado que el alcalde promovió la creación de otros adelantos de los que no disponía cualquier pueblo.
2. Descripción del frontón.
Los vecinos consultados coinciden en señalar que la construcción del frontón se inició en el año 1924. Toda la piedra empleada se extrajo del propio término de Artajona. Las superficies (frontis, pared izquierda y rebote) se cubrieron de cemento. Se trata de un recinto descubierto.
La cancha mide 36 m. de largo, por 9 m. de ancho. El frontis mide 10 m. de ancho y 10 m. de alto. Algunos años después de la construcción se elevó el frontis en 2 m. superponiendo un muro de ladrillo.
La pared izquierda va descendiendo en altura desde los 10 m. (en su intersección con el frontis) hasta los 4,5 m. (en su encuentro con el rebote).
No hay contracancha. Por el espacio que debería corresponder a la misma, discurre la Calle de La Cruz, paralela al eje longitudinal del frontón y con una pendiente que desciende en el sentido que va desde el frontis hacia el rebote. En las proximidades del frontis la cancha se encuentra por debajo del nivel de la calle y por encima del mismo en la mayor parte de su longitud. En la primera porción, la contracancha apenas mide 50 cm. y queda delimitada por una pared de 1,80 m. de altura que parte del frontis y que acaba en un poste destinado originalmente a portar cables de la electricidad del pueblo. Sobre dicha pared se colocó una red. En la porción posterior se construyó como límite lateral derecho de la contracancha un pequeño muro de 75 cm. de altura.
Todas las características descritas permanecieron invariables hasta el año 1985, cuando se efectuaron una serie de reformas: se puso un suelo nuevo; se reconstruyó la superficie del frontis; y se colocó una red vertical como límite entre la contracancha y la calle.
3. Historia del juego de pelota en el frontón de Artajona
Esta historia arranca con la inauguración del recinto, el día 15 de mayo de 1925. En aquella fecha se jugaron partidos de: pelota mano, donde intervinieron Lasa (1) y Guelbenzu (2); pala , con Arrizabalaga (2); y cesta (2). Lasa era campeón del mundo de aficionados (1). Todos los entrevistados coinciden en señalar que aquel día el frontón se abarrotó de gente: fue "todo el pueblo" (1). En el artículo de prensa que transcribo a final algunos de los datos no coinciden con los aportados por Pedro Alzórriz o Jesús Úsar.
A partir de la información recabada he establecido siete períodos en la vida del juego de pelota entre 1925 y 1992 en el frontón de Artajona.
PERIODO 1925-1936
En este período surge la primera generación de pelotaris, entre los que se encontraban: Ramón Divasón, Rogelio Divasón, Dionisio Divasón, José Divasón, Luis Armendáriz, Juan Angós, Jesús Linzoáin, José Buzunáriz, Luis Urra, Eladio Mendióroz, Fulgencio Iturri, Jesús María Martínez de Sarasa... A Ramón Divasón se le considera en Artajona "el mejor pelotari de todos los tiempos". Fue campeón de Navarra de aficionados, a mano. (3) A pesar de ser uno de los pelotaris que más llenaba el Labrit, su forma de ser (no le importaba hacer tongo para ganar una apuesta) no propició su paso al profesionalismo.
Durante estos años únicamente se jugaba a mano. Todos los días de la semana había partidos, entre la gente del pueblo. Durante los primeros meses después de la inauguración, en los días festivos, que era cuando más afición acudía, un alguacil se encargaba de establecer el orden en que debían entrar a la cancha los pelotaris. Los días laborables y, posteriormente, cuando el alguacil dejó de desempeñar esa función, se impuso el siguiente criterio: conforme llegaba cada pelotari, dejaba su pelota debajo de la chapa, empezando junto a la pared izquierda, al lado derecho de la anterior pelota, de manera que así sabían el orden de entrada en el juego. Este sistema se mantuvo mientras la afición al juego de pelota mano se conservó fuerte, al menos hasta los años 40 (3).
Como se trata de un frontón descubierto, los días de lluvia no se podía jugar; sin embargo, la afición era tan grande (1) que "si el piso estaba mojado, se extendía serrín sobre él y se barría para secarlo".
La razón (1) de una afición tan fuerte estribaba en que la gente no disponía del dinero que hoy tiene para otro tipo de distracciones: "no había otra cosa". Prueba de ello es que apenas se jugaba a pala (me refiero a la pala larga, la única que se conocía entonces en el pueblo) puesto que las rugosidades de la pared rompían el cuero de la pelota en un par de tantos, y esas pelotas costaban mucho dinero. Las pelotas de mano, por el contrario, resultaban más asequibles, al poder ser fabricadas por los propios pelotaris. (1) Éstos las elaboraban reconstruyendo pelotas usadas. Hay que mencionar en especial a uno de esos peloteros, llamado Silvio Pérez, cuyas pelotas eran muy apreciadas por la gente del pueblo.
En este período existía una gran rivalidad entre los pueblos de Larraga y Artajona. Se recuerda un famoso desafío a pelota mano entre Dionisio Divasón y Eladio Mendióroz, de Artajona, contra dos manistas de Larraga, uno de los cuales se llamaba Gastón. En un determinado momento del partido, cuando los "ragueses" iban por delante en el marcador, Gastón hizo un saque de revés, "para hacer burla a los de Artajona"(3). Quienes conocieron a Dionisio dicen que no tenía demasiado amor propio, pero el gesto de Gastón le picó en su orgullo, gracias a lo cual remontó el partido y lo ganó.
Desafíos como aquel eran frecuentes entre diferentes pueblos, y con apuestas. Se solventaban mediante tres partidos: uno, en el pueblo de una de las parejas, otro en el de la otra y, el tercero, si hacía falta, en un frontón neutral. Uno de esos retos enfrentó a Dionisio-Angós contra dos vascos(1). No he podido averiguar cuánto dinero se apostaron ni quién ganó, aunque sí que se tuvo que jugar un tercer partido, en Adiós. Eso ocurría en 1930. El periódico Diario de Navarra publicaba en mayo de 1925 una respuesta a un reto (entre pelotaris de Riezu y Astráin) en el que se jugaban 2000 pesetas, también a tres partidos: uno en Riezu, otro en Astráin y, el tercero, en Puente la Reina. Esta cantidad de dinero no debe considerarse representativo de lo que se solía apostar.
PERÍODO 1936-1940
Apenas se juega, debido a la guerra civil.
PERÍODO 1940-1952
Vuelven al frontón los pelotaris de la primera generación, recuperando la "terrible afición" (3) al juego de pelota mano. La afición enganchó, incluso, a Miguel "el cojo" (paralizado de cintura para abajo), quien jugaba arrastrándose con las manos y golpendo la pelota cuando podía.
Hay que destacar la figura de Perico Parrán, que hacía su vida en los frontones, jugando, organizando partidos y, sobre todo, apostando: esa era su ocupación. Para hacernos una idea del dinero que podría obtener, pensemos en el siguiente dato: José María Yárnoz, que aún era un chaval, destacado entre los manistas de Artajona, recibió, por su participación en un partido organizado por Perico, ocho duros.
En esta época empieza a jugarse a paleta goma en Artajona. José Úsar, el barbero, se encargó de promocionarla. En el año 1944, José abrió una peluquería de señoras y caballeros en frente del frontón, de cara a la pared izquierda del frontón, de forma que desde la barbería se veía perfectamente la cancha. Con el fin de completar su jornal, alquilaba paletas, a tres pesetas por cada cuatro paletas, y pelotas. Las paletas las conseguía en Tafalla y en Estella. Muchos jugadores acostumbraban a golpear los cantos de las palas contra el muro de 75 cm ya descrito cuando perdían el tanto, por lo que José clavó a lo largo del perímetro de las palas una cinta metálica. El barbero dejó de alquilar material en los años 70, cuando las palas se encontraban al alcance de cualquier bolsillo, sobre todo gracias a la fábrica de palas que se había creado en el pueblo.
La afición a la nueva modalidad también era tremenda: "cualquier día se juntaban en el frontón cien personas" (3). El "pelotero" Silvio Pérez, a pesar de su cojera (caminaba con muleta y bastón) tampoco se resistía a jugar: dejaba el bastón y, en su lugar, cogía la pala, con la mano derecha.
En cuanto a las razones que movían a una afición tan grande, hay que prestar especial atención, como en épocas anteriores, a la situación económica, es decir, a la carencia económica. Esta empujaba, entre otras soluciones, a la apuesta. Cualquier juego servía de pretexto para apostar. Uno de los más habituales era el de las "chapas", que se jugaba en el callejón perpendicular a la pared izquierda del frontón, que parte del cuadro 11. Consistía en lanzar al aire dos monedas que, en el momento de soltarse, debían estar enfrentadas por sus caras; si, al caer, las dos caras miraban hacia arriba, ganaba quien había lanzado; si lo hacían las dos cruces, ganaba el otro jugador.
José Úsar ideó otros juegos para apostar dentro de la barbería. Solía apostar un duro a "cualquiera que pudiese liar un cigarro mirando en un espejo cómo lo hacía", y "siempre ganaba". Otro consistía en que una persona se colocaba de cara a la pared, con una silla entre ambos. El sujeto debía apoyarse con la cabeza en la pared, sin tocar la silla. El reto consistía en impulsarse con la cabeza sobre la pared para volver a la situación de partida: de pie, delante de la silla, sin tocar la silla. "Muy pocos lo conseguían".
Uno de los juegos más atrayentes era el parchís de la barbería. Las apuestas en torno al tablero se prolongaban hasta las 2 h. o las 3 h. de la madrugada. Siempre se jugaba dinero.
Por supuesto y, para volver a nuestro tema, en el juego de pelota (mano y paleta) se prodigaba con frecuencia la apuesta: "siempre se jugaba dinero; yo, si no apostaba al menos una peseta, no jugaba"(4). La fuerte motivación que generaban las apuestas impulsaban a los pelotaris a "jugarse el tipo" (4) detrás de algunas pelotas: con frecuencia se saltaba "de cabeza" (4) por encima del muro.
Como dice el barbero, los partidos y, por tanto, las apuestas, se ganaban antes de jugarse, dando aparentes ventajas a los contrincantes. José ideó muchas de esas "ventajas" en la barbería. Por esta razón, Perico Parrán solía decir: " Los partidos que se hacen en la barbería salen afeitados". A continuación, narraré algunos de esos partidos:
José Úsar contra Martín Domezáin ("Tamayo"). Apostaron 25 pesetas. José jugaba desde el balcón de la barbería; lógicamente, no iba a tocar ni una pelota. Todos los saques los debía realizar Tamayo, con un remonte. José sabía que Tamayo no había tocado nunca esta herramienta y que, por ello, no sabría sacar, con lo que los tantos se los iría anotando José. Así ocurrió, pero llegó un momento en que Tamayo aprendió a sacar y, por un tanto, ganó la apuesta al barbero.
Otras "ventajas " que daba José eran las siguientes: atarse con una cuerda de 10 m. de longitud al poste de la red; llevar sobre la espalda a uno de sus hijos; meterse en un saco hasta la cintura; taparse la cabeza con dicho saco ("le hice un agujerico para ver"); llevar una silla con la mano izquierda, de manera que en ningún momento podía tocar la pared ni el suelo ni el cuerpo de José.
Estas ventajas resultaban sólo "aparentes" ya que el nivel de los adversarios dejaba mucho que desear, pero no su afición por las apuestas.
La cantidad que con más frecuencia se apostaba era un duro.
También se jugaban desafíos, sin ventaja para nadie, entre los buenos pelotaris del pueblo, como el que enfrentó a José María Yárnoz contra "Casqui", a paleta goma. Por supuesto, la idea salió de la barbería donde, a petición de Casqui, se reunió el dinero del jornal que perdía el día que se jugaba el partido. El joven Yárnoz derrotó a quien por entonces se consideraba el mejor palista, Casqui.
PERÍODO 1952-1960
Se produce un declive de la pelota, cuando la primera generación de pelotaris deja el juego. La causa principal, además de la avanzada edad de los pelotaris, radica en que muchos se ven obligados a salir del pueblo para buscar trabajo. Salen a Pamplona, Rentería, Éibar...
PERÍODO 1960-1978
Empieza a destacar la que llamaré "segunda generación de pelotaris": Gregorio Divasón (hijo de Dionisio), Juan José Úsar (hijo de José), Jesús Iriarte ("Canono"), Raúl Ganuza, Ramón Armendáriz ("Matraca"), José María Yárnoz, Mari Zabaleta, Enrique Vital, José Javier Jimeno ("Palillos"), Jesús Miguel Jimeno ("Chepio"), Daniel Sola, José Joaquín Yárnoz ("Chachachá"), Ignacio Ripero...
Se practica sobre todo paleta goma; la pelota mano decae progresivamente y sólo llega a jugarse algún partido serio durante las fiestas patronales. En uno de estos partidos, "Chichán" (manista gitano de Puente la Reina) jugó "de bajo pata" contra dos artajoneses: Mari Buzunáriz (el herrador) y Enrique Vital. Ganaron los artajoneses.
En cuanto a la paleta goma, la barbería sigue siendo el "cepo"(4) donde se preparan partidos y desafíos. Sin embargo, la afición "cae en picado"(3) respecto a la época 1940-1952, Entre las posibles causas, en mi opinión, corroborada por algunos entrevistados, se encuentra la subida del nivel de vida. Por este motivo, la apuesta no ejerce la atracción de otros tiempos y muchos pelotaris, como he apuntado acerca de José Úsar, si no apostaban no jugaban.
Lo habitual,
lo cotidiano, se obvia y se olvida con facilidad; se recuerda con más facilidad
lo extraordinario y se toma como algo representativo de una época. No he
conseguido demasiada información acerca e este período, por lo que hay que
suponer que no ocurrió nada relevante, salvo la caída de la afición.
El único hecho destacable de esta etapa fue el partido que se jugó con motivo del quincuagésimo aniversario de la inauguración del frontón, en el año 1975. Lo organizó Perico Parrán y jugaron: Vergara I-Chichán contra Arocena-Lajos. La anécdota del partido fue el pelotazo "de bajo pata" que pegó Chichán "desde el 11 hasta el 4" (3).
PERÍODO 1978-1985
Tienen lugar dos hechos destacables:
1. La organización de campeonatos de paleta goma.
Esta labor fue realizada por José María Yárnoz. Financió los campeonatos gracias a las aportaciones económicas de diversas entidades del pueblo: bares, Cajas de Ahorros, fábrica de zapatos, fábrica de palas... Se jugaba en verano a partir de agosto y las finales se celebraban en la semana pre-fiestas, entre el 1 y el 6 de septiembre. Dado que el frontón se encuentra descubierto esta es una época idónea para garantizar la a ausencia de lluvias.
Antes de 1978 no se habían organizado campeonatos de pelota en Artajona. La novedad atrajo a pelotaris que habían dejado de practicar y a una cantidad de público que, aunque moderada (unas 30 personas en semifinales y unas 100 en la final), hacía mucho tiempo que no se reunía.
En alguna ocasión estos campeonatos tuvieron un carácter provincial, aunque sin recibir de la federación la calificación de Campeonato de Navarra. En una ocasión participó el famoso pelotari de Cabanillas Ricardo Mateo, del que hablo en otra entrada.
Desgraciadamente, José María Yárnoz perdió toda la información archivada acerca de estos campeonatos. Entre los participantes destacan los miembros más jóvenes de la generación anterior, sobre todo: Enrique Vital, Daniel Sola, José Javier Jimeno. Otros buenos palistas fueron: Jesús Miguel Jimeno , Javier y Pedro Mari Garayoa, Ignacio Casamayor, Jesús Mari Urra (padre), Alberto Zabalegui, Jesús Arbizu, Santos Berástegui,...
En cuanto a los tres primeros destacados, existía entre ellos una rivalidad individual, por lo que eran frecuentes las apuestas entre ellos. Muchos aficionados comparaban a Sola y Vital con los tenistas de la época John McEnroe e Ivan Lendl, respectivamente: el primero, más alocado; el segundo, más templado. Yo tuve la suerte de verlos jugar y tomarlos como modelos para aprender. Hay que añadir dos palistas más que, aunque no practicaban con tanta asiduidad, podían ganar a los mejores. José Joaquín Yárnoz ("Chachachá") ganó una final individual a José Javier Jimeno ("Palillos"). Ignacio Ripero solía apostar 500 pesetas contra Daniel Sola y le ganaba en muchas ocasiones. Presencié algunos desafíos entre Vital y Jimeno, solían apostar paquetes de tabaco.
La mayor parte del año se jugaba a paleta los sábados y domingos por la mañana. Durante el verano, sí acudían palistas por la tarde. Con frecuencia, los más jóvenes jugábamos al "punto", hasta 20 chavales a la vez. Dada la ubicación del frontón, en medio del pueblo, muchos pasaban por allí y se incorporaban al juego: cuando un jugador fallaba, se salía del juego ("a la calle") y dejaba su pala al que esperaba fuera.
2. La promoción de la pelota mano entre los chavales de la escuela.
Esta labor la llevó a cabo Rufino Ruiz, riojano que vivió durante unos ocho años en Artajona, trabajando como jefe en el silo de trigo del pueblo. Rufino tomó el relevo de un maestro llamado Javier que nos inició a muchos chavales en el juego de la pelota. Rufino, además de enseñarnos a jugar, se responsabilizó de llevarnos a participar en competiciones comarcales (en Tafalla, Caparroso, Barásoain...) en las categorías de: benjamines, alevines, infaniles y cadetes.
PERÍODO 1985-1992
Nos encontramos en un período de retracción de la afición, con una cierta recuperación durante los últimos años.
Hasta ahora he hablado de tres generaciones de pelotaris. La primera nació con la creación del frontón y en relación con unas circunstancias económicas de escasez; la barbería impulsó en gran medida la afición a la pelota. La segunda ya surge gracias a la tradición creada por la primera, en unas circunstancias económicas parecidas y todavía bajo la influencia de la barbería. La tercera se inicia también con la inmediata anterior; el nivel de vida ha subido y el barbero, que todavía ejerce su oficio, no siente la inclinación de antaño por las apuestas (lo mismo les ocurre a quienes acudían al parchís, a las "chapas del callejón" o al frontón). La cantidad de afición (número de pelotaris y número de horas que se ocupaba el frontón) decae progresivamente desde la primera hasta la tercera generación.
Las circunstancias que han condicionado la cantidad de afición en Artajona, aparte de situaciones especiales como la guerra o la emigración, han sido, en mi opinión: la tradición creada, la situación económica y la existencia de personas que impulsen este deporte.
La influencia de la economía ya ha sido descrita: conforme el nivel de vida ha ido subiendo, la práctica de la pelota ha decrecido.
José el barbero se interesó por el juego de pelota por una necesidad económica, la usaba para apostar o para completar su jornal alquilando palas y pelotas.
Mari Yárnoz promocionó la pelota en una época en que la gente se inclinaba por otras distracciones.
Todo esto puede explicar la caída de la afición en este período. De la época anterior quedan muy pocos pelotaris a los que puedan emular los jóvenes. Se juega sobre todo los domingos por la mañana algún partido de paleta goma, la mano ya está olvidada. Yárnoz dejó de organizar campeonatos en 1984, por desavenencias con el nuevo ayuntamiento.
Entre los palistas habituales de los domingos, uno que no faltaba nunca era Gregorio Armendáriz ("Mandingo"), que aprendió a jugar a los 50 años y que no dejó de hacerlo hasta cumplir 80. Entre semana solía jugar con los chavales del pueblo.
A principios de los años 90 se produjo una cierta recuperación de la afición gracias a la organización de campeonatos de paleta goma (por el que escribe estas líneas) y de pelota mano (por Benito Linzoáin), patrocinados por el ayuntamiento. Esto motivó la participación: a partir de finales de julio y hasta septiembre, todos los días se juntaban, cuando menos, tres o cuatro parejas de palistas. A mano sólo se jugaban los partidos del campeonato, porque "duele". Entre los palistas destacaban muchos de los citados en el período anterior.
EL ÚLTIMO DESAFÍO,1992
El último desafío disputado en el frontón de Artajona se jugó el 9 de septiembre de 1992, a paleta goma maciza. El palista artajonés Jesús Urra, autor de este blog, desafió a los campeones olímpicos (Olimpiadas de Barcelona, 1992) de paleta cuero: Txiki e Insausti. Insausti no aceptó y, en su lugar, acudió Fernando Balduz, campeón del mundo de paleta cuero.
La idea surgió a partir de una iniciativa de Vito Aldaz de la Quadra-Salcedo, hábil palista que probó a jugar a paleta cuero. En el mundo de las competiciones oficiales de pelota, la paleta goma maciza se considera una modalidad menor; por ejemplo, no existe el campeonado de España de paleta goma maciza.
Vito, al percatarse de ese poco aprecio, pensó que sería buena idea que él y yo jugáramos contra los mejores de paleta cuero , pero a paleta goma.
Me gustó la idea, mucho. Sin embargo, nos encontrábamos en 1992, y en agosto me encontré con una noticia en el periódico que contaba que Vito y su hermano Telmo habían embarcado en una réplica de la carabela "La Niña", junto al capitán Etayo, para repetir, 500 años después, el trayecto de Cristóbal Colón en el descubrimiento de América.
Como ya me había ilusionado con la idea del desafío, decidí que lo iba a disputar yo solo.