jueves, 31 de agosto de 2017

Breve descripción de la evolución histórica del juego de Paleta Goma Maciza


  1. Los comienzos

  En los años 70 del siglo XX las pelotas de goma macizas pesaban poco y botaban mucho. Conservo algunas, balines de  unos 50 gr.. La pelota se controlaba con cierta dificultad, por lo que se trataba de aguantar el tanto, de no fallar; la mayor parte de los tantos no se hacían, sino que se perdían; algunos se hacían (se remataba) pero no con una preparación previa que abriera huecos deliberadamente, sino haciendo "maravillas", es decir, golpes especiales como dos paredes con mucho efecto o pelotazos muy rasos y rápidos que botaban en el "pique". La táctica consistía, en general, en aguantar y hacer alguna maravilla. Se parecía a la paleta argentina. En Francia aún se juega con pelotas ligeras, de 55gr.
  2. La evolución

  Después, la Paleta Goma Maciza siguió una evolución que la alejó de esa táctica defensiva. Cambió hacia el toque y el control. Primero fue el toque y, con él, vino el control:

  Los pelotaris preferían las pelotas con más toque, es decir,  más duras y con más peso; se gozaba así más con el golpeo. Creo que este gusto trajo como consecuencia la evolución hacia el control.  Las pelotas originales (de 50gr.) eran todas vivas; cuando se les dio más dureza y peso  se diversificó el bote: seguía habiendo pelotas vivas pero aparecieron otras menos vivas. Con estas últimas mejoraba el control: salían menos rápidas de la pala y del frontis y, tras botar, no sobrepasaban al pelotari.

  En Navarra se puede rastrear esta evolución geográficamente. En la ribera (sur de Navarra) siempre prefirieron las pelotas muy vivas: en los años 70, balines muy ligeros; en los 80, con más toque (más pesadas y duras) pero aún muy vivas. En Cabanillas se jugaba anualmente un campeonato de renombre que atraía a palistas de toda Navarra. El mejor jugador de la zona, Ricardo Mateo, zaguero de Cabanillas, destacaba por su elegancia y grandísima seguridad, lo cual confirma que con pelotas muy vivas lo importante es aguantar el tanto.


                                                           Frontón de Cabanillas.
                  De izquierda a derecha: Jimeno (de Artajona), Cerdán (de Olite), Ricardo                           Mateo (de Cabanillas ) y Heliodoro Mansilla (de Cintruénigo)




   En el norte de Navarra también se jugaba con pelotas muy vivas que evolucionaron igualmente hacia un mayor toque, pero conservando la viveza.

   A mediados de los años 80 empezaron a fabricarse unas pelotas nuevas, con un distintivo en forma de cuadro, de unos 65 gramos y duras (muy buen toque) y con un amplio margen de botes: desde muy vivas, de cuadro rojo, hasta muertas, de cuadro amarillo. Se decía de ellas que eran "nobles", es decir, controlables.


   3. El punto de llegada

   En Pamplona, en el centro de Navarra, se concentraba el mayor número de pelotaris, muchos de ellos procedentes de otros puntos de la provincia. Esta abundancia generó una gran competitividad, sobre todo cuando empezaron a encontrarse todos en el mismo frontón, el "López", en el barrio de Iturrama. Esta fuerte rivalidad llevaba a cada pelotari a elegir la pelota que más oportunidades de ganar le ofreciera.
   Unos las elegían más vivas y otros más muertas, pero en general las pelotas fueron perdiendo bote, dando más protagonismo a los delanteros.  Lo prueba el hecho de que los mejores pelotaris de la época dorada del frontón López (años 80 y principios de los 90) jugaran como delanteros colocadores y rematadores: Robles, Iriarte y Ollo. Robles jugaba también como zaguero.


                                         Iriarte es el primero por la izquierda, agachado.
                                         Robles aparece de pie, el quinto empezando por la izquierda



   En aquellos años, el seleccionador nacional de herramienta, Fernando Casado, propuso a los mejores jugadores de esta modalidad participar en el Campeonato del Mundo de Pelota, pero en la modalidad de paleta argentina. Lo intentó en varias ediciones pero ninguno aceptó. Para ellos la pelota argentina no tiene toque y bota demasiado, no se adecuaba a su juego.


   4. Principios del siglo XXI

     A principios de los años 2000 aún se conservaba la tradición del juego de espacios. Pero a partir de 2005 aproximadamente empezaron a escasear las pelotas consideradas buenas hasta entonces: 65-66 gr, con toque y de medio bote. Esta circunstancia cambió de nuevo el juego porque el material condiciona totalmente la táctica.  Se podían encontrar diferentes tipos de pelotas, todas ellas inadecuadas para el juego de espacios: unas muy muertas y pesadas, rompe-palas y rompe-cuerpos; otras muy saltarinas, incontrolables; otras blandas y sin velocidad...
     Esta situación se prolongó hasta 2016, cuando un nuevo fabricante proporcionó las pelotas adecuadas para un juego más vistoso, como se describe en la entrada de características de las pelotas.