lunes, 20 de marzo de 2017

¿Cómo se hace el tanto?


    Para comprender cómo se hace el tanto en la paleta goma maciza conviene compararla con otras modalidades de frontón. La paleta goma pesa unos 520-580 gr. y la pelota, de unos 65-66 gr., es relativamente lenta.
    La paleta-cuero pesa más (por encima de 600 gr.), su pelota  es mucho más rápida, aunque más ligera; la pala corta pesa aún más (700-800 gr.) y su pelota, muy veloz, pesa unos 80-90 gr.; la pala larga puede pesar 1 kg.  y usa la pelota más pesada de todas. Además, estas tres herramientas presentan el centro de gravedad más alejado del mango (son "cabezonas") y una superficie de golpeo mucho más pequeña. Por tanto, estas otras palas ofrecen mucha mayor dificultad técnica; por ello, el tanto se produce muchas veces porque el jugador, aunque alcanza la pelota,  falla: debe golpear con una pala estrecha, pesada y cabezona una pelota muy veloz (paleta cuero) y, además, pesada (pala corta y pala larga). En consecuencia, en esas tres palasla manera habitual de conseguir el tanto consiste en provocar el fallo del adversario, imprimiendo mucha velocidad y cruzando la pelota hacia la pared izquierda.En pocas ocasiones el tanto se produce porque el adversario no alcanza la pelota; en estos casos, no hace falta colocar la pelota con mucha precisión.

    El manejo de la paleta goma  maciza (más superficie de contacto, menos peso, menos cabezona) y el golpeo de la pelota (más lenta)  resultan más cómodos. Por ello,  cuando  el jugador alcanza la pelota no debe encontrar, en general, problemas para devolverla "a buena", es decir, para no fallar. Decimos "en general" porque las pelotas de goma maciza que se pueden comprar en las tiendas presentan una diversidad excesiva de pesos y botes. Las pelotas demasiado ligeras o demasiado pesadas o demasiado vivas sí dificultan el juego. En este blog aconsejamos las pelotas manejables, es decir, de 65-66 gramos y de medio bote  (ni muy vivas ni muy muertas)

    La dificultad de controlar pelotas muy vivas hace que el tanto pueda buscarse, simplemente, aguantando el peloteo, esperando a que falle el adversario. Para atacar no hace falta dirigir la pelota con gran precisión, basta con no fallar; a no ser que un jugador sea especialmente hábil (capaz de rematar con garantías), los cuatro jugadores se estarán defendiendo de la pelota, no jugando con ella.  Algo parecido ocurre con el frontenis y con la paleta argentina, herramientas fáciles en principio de manejar (aún más anchas y ligeras) pero no tanto porque sus pelotas son muy saltarinas. Si un jugador prefiere las pelotas muy vivas, seguro que le gustarán esas modalidades.

     Las pelotas de medio bote  se controlan mejor, se devuelven con facilidad.  Por mucho que se aguante el tanto, nadie falla. Así que hay que hacer algo más: jugar con el espacio y las distancias. Se trata de abrir huecos y rematar con precisión en ellos. Para ello se deben cumplir dos condiciones:

1. Que la pelota reúna las características adecuadas. 

             Primera: debe ser de medio bote, ni muy viva ni muy muerta. 
             Si es muy viva los espacios se reducen , se juega desde el  cuadro 5 ó 6 hacia atrás y ya no hay hueco (a no ser, repito, que un jugador sea muy muy hábil como para rematar adelante y a dos paredes con garantías). Las pelotas de medio bote crean mayores espacios para rematar, desde el cuadro 1 hasta el rebote y es relativamente fácil hacerlo. 
         
             Si la pelota bota tan poco que no se llega al rebote... se desaprovecha ese espacio de la cancha y mejor sería colocar allí unas macetas.

             Segunda: debe tener el peso adecuado, ni muy pesada ni muy ligera. 66gr es ideal.
            Si la pelota es muy pesada cuesta mucho controlarla, hay que concentrarse más en la fuerza. En particular, las pelotas blancas pesadas (70 gr. o más) salen tan lentas que se alcanzan fácil los remates, por lo que no resulta rentable arriesgar: partidos de 25 tantos se pueden alargar hasta 2 horas.
            Si la pelota es muy ligera (menos de 64 gramos) se dirige mal porque hace vuelos, zigzaguea en el aire.

             Tercera: debe agarrarse muy bien a la pared izquierda. Se crea así un gran espacio para rematar en el lado derecho de la cancha si se tira a "dos paredes". En particular, las pelotas blancas mencionadas no sirven porque patinan en la pared izquierda, reducen ese espacio.

2. Que los jugadores se propongan ese objetivo: abrir huecos y rematar.

    Naturalmente, pueden decidir libremente usar la otra táctica , la  de no fallar; en mi opinión se van a aburrir ellos y los espectadores. Se entiende que elijan esa táctica con bolas saltarinas o lentas, no se les presenta racionalmente otra opción.
    Pero con pelotas adecuadas, que cumplen las tres condiciones citadas, se les presenta la opción de preparar y apuntillar el tanto,  más divertida para ellos y más espectacular para el público.
Este juego dio renombre al frontón de López, en Pamplona. La generación que mejor lo aplicó jugaba allí en los años 80 y principios de los 90 del siglo pasado: Graciano Iriarte, J.M.Robles, Juan Pablo Ollo, Vito Aldaz de la Quadra-Salcedo , Carmelo Andueza, Tomás Garcés ("Menoti"),  Carlos Paternáin,  Pello Armendáriz,,  José Javier García, el de Ibero, Míkel Echarri,  Lucas Artuch...



    De pie, empezando por la izquierda: Tomás Garcés "Menotti", el tercero; Robles, el quinto; Armendáriz, bajo el 5.
    Agachados: Graciano Iriarte, el primero, seguido de Sandúa, Míkel Echarri y Astráin (ex jugador de Osasuna)



Con estas premisas pueden hacerse algunas predicciones.

    Si vamos a ver un partido en frontón verde, en cuya pared izquierda generalmente deslizan las pelotas, con pelota blanca pesada y, por tanto, lenta, entonces podemos adivinar que va a durar mucho, que van a jugar a no fallar porque las jugadas de "dos paredes" no van a hacer daño (no abren ángulos), y tampoco las dejadas (se alcanzan fácil) , que nos vamos a aburrir. Se van a dar un palizón. Su atención se va a centrar más en la fuerza, en agarrar fuerte la pala y aplicar la fuerza de todo su cuerpo para mover el pelotón.
     Eso ocurrió cuando se organizó un partido en el frontón Labrit de Pamplona, como parte del Torneo San Fermín Chiquito: a pesar de intervenir cuatro grandes especialistas, el público, hastiado, acabó abucheando a los jugadores. No habría que culparles a ellos sino al material: entonces no existían pelotas adecuadas para hacer el juego de espacios en frontón verde; hoy, con las nuevas pelotas amarillas de estrella, veríamos otro partido.

    Si vamos a presenciar un partido en frontón blanco, con una pelota saltarina que bota en el cuadro 7 y llega al 11, entonces podemos vaticinar que los 4 jugadores se colocarán detrás del cuadro 6, que recogerán mucho el brazo para llevar la bola a buena, se agarrotarán, se defenderán de ella, no intentarán rematar porque errarán más que acertarán, apuntarán al centro del frontis, realmente no se va a hacer casi ningún tanto, se van a perder casi todos.

    En este blog apostamos  por la elección de un material que  favorezca el remate en los huecos: pelotas de 65-66 gramos y de medio bote.






Las pelotas de estrella han sido diseñadas para ser controlables
. Reúnen todas las características buscadas por los jugadores de paleta goma maciza: toque, peso (65-66gr.), medio bote y agarre.


    La  táctica de abrir huecos y rematar es la opción ofensiva, nos parece más divertida y gratificante para los jugadores, así como más vistosa para el público. Se hace un juego de estrategia y habilidad basado en dianas diversas.

   Hay jugadores que disfrutan defendiendo, esperando que el rematador finalmente falle; esa pelea también resulta atractiva.  Pero ¿qué ocurre si todos adoptan esta táctica? Defenderse de un defensor no divierte mucho y el público no ve una verdadera pelea.



Véase también la entrada: Descripción del juego





viernes, 17 de marzo de 2017

¿Cómo se crea una pelota buena, de aceptación general ?

       A mediados de la primera década del siglo XXI los aficionados a la paleta goma maciza se encontraron con un problema: nadie fabricaba pelotas buenas.La solución provisional consistió en seguir utilizando las que aún guardaban y en buscarlas en viejas tiendas, almacenes olvidados, rincones de casas de pelotaris retirados... Pero finalmente todas esas pelotas se rompían o perdían.
      Las pelotas que aún se producían no se consideraban buenas porque no reunían dos características principales: toque y control.
        A pesar de que la Paleta Goma Maciza es el deporte de frontón más practicado, la fabricación de pelotas no significa un gran negocio, por lo que a nadie le interesa investigar sobre este material.
    A partir de aquí voy a relatar cómo un golpe de suerte me permitió diseñar pelotas de calidad.

I. EL PROBLEMA

      Mi interés como pelotari de paleta goma maciza se ha centrado durante muchos años en encontrar pelotas buenas. No se trata de una manía personal, todos los grandes aficionados a este deporte buscan y guardan con gran celo sus pelotas buenas. Aunque existen gustos diferentes se pueden encontrar rasgos comunes a todas las pelotas consideradas buenas. Los más importantes son: toque y control .

      Se dice que una pelota tiene toque cuando al golpearla se goza, es decir, se siente en la pala, se nota un choque muy breve ( un "clak", no un "flooop" blandurrio) y, al mismo tiempo, la pelota sale con velocidad, aunque no excesiva. El toque se consigue con la combinación equilibrada de varios rasgos: peso, dureza, salida...Estos parámetros han sido explicados en el apartado de este blog dedicado a las características de pelotas. Todos los pelotaris con experiencia buscan pelotas con toque: 65-66 gr. de peso y una dureza de unos 93 durómetros Shore A en frío.. Es una exigencia general. Además, para controlar la pelota, se busca un bote bajo, llamado medio bote.

     A partir de ahí, existen diferencias de gusto en cuanto a la velocidad de salida. Los pelotaris más fuertes las prefieren menos veloces, para dominar ya que las pueden enviar más lejos que jugadores de menos potencia; y los menos fuertes o más hábiles las quieren con más velocidad de salida.

    El problema que yo tenía en mente se podía formular así: ¿Cómo fabricar una pelota con toque y controlable (de medio bote)? Más tarde me ocupé de la velocidad de salida.

II.  EL  GOLPE DE SUERTE

    La solución más obvia que se le ocurriría a cualquiera sería copiar las pelotas buenas.
    Hace más de veinte años lo intenté: llamé  a la empresa fabricante de pelotas Cauchos Especiales, de Zaragoza, que inventó las pelotas de cuadro y les pedí que reprodujeran una de mis pelotas buenas, que había salido de su propia producción. Me contestaron que no podían, que compraban cauchos destinados a otros fines (suelas) y que no controlaban su composición.
    En septiembre de 2016 me fijé en un cartel en Lodosa que decía SUELAS KAREY y recordé la referencia a las suelas. Así que repetí la operación: entré en la empresa y les propuse reproducir dos pelotas antiguas buenas que mostré como modelo.
    He aquí el golpe de suerte: Jaime Rudiez aceptó mi propuesta y contaba con un laboratorio de investigación que sí maneja la composición del caucho. Para esta empresa la venta de pelotas supone una fracción muy pequeña, insignificante, de su negocio. Les movía más la curiosidad, el afán investigador en un campo nuevo.

III LA INVESTIGACIÓN

     En el laboratorio seguimos el método del ensayo y eliminación del error, o método de las conjeturas y refutaciones.

     El punto de partida fue un prototipo surgido de la intuición de los científicos del laboratorio, dirigido por José Miguel Martínez Resano. Se escogió una goma que les pareció que funcionaría y se le dio forma de pelota. Resultó que se acercaba al peso correcto,  aunque no a la dureza ni al bote: resultó blanda y botona . A partir de aquí hubo que ajustar esos parámetros produciendo nuevos ensayos. Cuando pareció que conseguíamos pelotas medianamente buenas  utilizamos como piedra de toque la Meca de la paleta goma en Navarra: el frontón de López en el barrio de Iturrama (Pamplona). En el laboratorio conjeturaban y en el López refutaban, sin parar, sistemáticamente, día tras día. El criterio de los pelotaris del López ponía a prueba cada creación del laboratorio que, a su vez, aceptaba dicho juicio y modificaba cada prototipo, avanzando, retrocediendo, volviendo por caminos abandonados días atrás...
 
     Hubo que ajustar muchos parámetros para contentar a todos. Los zagueros prefieren pelotas que favorezcan su defensa y permitan sobrepasar a los delanteros, pero evitando las pelotas saltarinas; hay que conseguir justo esa salida de frontis y, a la vez, evitar el bote excesivo. Así llegamos a una pelota de aceptación general entre los zagueros del López. Le pusimos el distintivo de la estrella amarilla.
A los delanteros les gusta una pelota de menos salida y bote, para no ser sobrepasados ni atropellados y para rematar más fácilmente, pero no tan muerta que no pasen del 7. A la pelota  más apropiada para los delanteros la distinguimos con la estrella blanca.

     Afinar bote, salida, toque, peso... costó más de 60 prototipos. Todos ellos se pusieron a prueba en el López el mismo día en que se producían. Por la mañana se fabricaba la pelota; por la tarde se jugaba con ella. A veces bastaban unos minutos de juego para encontrarle los fallos. Cada noche yo llamaba a José Miguel Martínez para informarle acerca de los resultados. Él escuchaba con paciencia, infinita paciencia,  los fallos de su último invento y, a la mañana siguiente, ya había producido una nueva pelota con las modificaciones tentativas; conforme los ensayos mejoraban hacía falta más tiempo de prueba, una tarde, varios días... Tratamos de cometer los errores lo más rápidamente posible. El proceso más laborioso duró varios meses, hasta febrero de 2017.



   IV. SEMEJANZA CON LA EVOLUCIÓN HISTÓRICA DEL JUEGO

     En la entrada "Evolución histórica del juego" se cuenta cómo, en sus inicios, la Paleta Goma Maciza se practicaba con pelotas muy vivas y ligeras y cómo se produjo una evolución hacia el toque y el control, con lo que las pelotas perdieron bote y salida y ganaron peso por selección natural, hasta llegar a las pelotas más aceptadas, las de medio bote, duras y de 65-66 gramos.

   El proceso investigador ahora descrito ha llegado al mismo punto, siguiendo la misma senda, pero en menos tiempo. El primer prototipo botaba demasiado y pesaba poco, además de ser un poco blanda. En lugar de evolucionar durante muchos años, hemos provocado los cambios muy rápidamente hasta llegar al mismo punto histórico, gracias al impecable trabajo del laboratorio y a  las rápidas evaluaciones de los pelotaris del López.

  Lo interesante del proceso se encuentra en el ajuste de las características de las pelotas al gusto de la inmensa mayoría de los pelotaris, que se halla claramente en las pelotas con toque y controlables, de medio bote.

   La primera hornada que salió de Karey & Solano Footwear contenía 4 tipos de bote. Todas cumplían las condiciones básicas que buscan los pelotaris: toque y peso (64-67 gr.) adecuados.  Pero variaban en bote, por lo que se marcaron con los siguientes colores de estrellas, de más viva a más muerta: azul, verde, amarilla y blanca. Sólo las dos últimas recibieron la aceptación general por su mejor control.

   Durante los dos años siguientes se produjeron  otras 3 remesas. Se cambió en cada una la composición de la anterior porque se recogían opiniones de pelotaris de muchos más frontones y se ajustó la salida o viveza para contentar a la mayoría. 
El último cambio se hizo en la remesa de junio de 2020.

V.  UN DESCUBRIMIENTO FANTÁSTICO: PELOTAS AMARILLAS PARA FRONTONES VERDES

   Para comprender el trascendental descubrimiento debemos describir primero la situación problemática de la paleta goma maciza en los frontones verdes: nunca se han producido pelotas blancas buenas, que reúnan las características adecuadas. 

   Esta especialidad consiste en jugar con los espacios. Hasta ahora en los frontones verdes se han utilizado pelotas blancas, que dificultan mucho este juego por varias razones:

   -Botan demasiado.
   -Si en la fabricación se les quita bote se hace aumentando mucho su peso, sobrepasando los 67 gramos, hasta 70 ó incluso 75 gramos. Esto enlentece el juego, dificulta el juego de espacios, no resulta rentable arriesgar, todos intentan aguantar el tanto, se aburren pelotaris y espectadores. Además rompen las palas muy fácilmente, lesionan a los pelotaris, asustan a los principiantes y provocan jubilaciones anticipadas. 
   -Se tiñen del verde de la pared, o se ensucian, con lo cual pierden visibilidad. Si alguno de los fondos es blanco, se pierden de vista.
   -No agarran en la pared izquierda cuando se tira a dos paredes, por lo que no se abren ángulos hacia la derecha, lo cual penaliza aún más el remate.

   Nadie era capaz de fabricar una pelota semejante a las pelotas negras buenas ( de 65-66 gr, con toque, de medio bote, con salida adecuada, que agarre en la pared izquierda) pero con un color que contrastase con el verde.

  He aquí la gran creación del científico del laboratorio de Karey & Solano Footwear, José Miguel Mártínez Resano: una pelota exactamente igual que las negras buenas, pero con un color que se ve aún mejor que las blancas, el color amarillo.
  En mi papel de evaluador me correspondió, junto con los pelotaris del López, establecer el objetivo buscado, la pelota ideal. Entre las características que determinamos a ninguno se nos ocurrió este brillante color.






                



La estrella amarilla fue sustituida por la estrella verde a partir de 2021.





  Las primeras hornadas salieron muy brillantes.
Ahora su color es mate.
Cuando se estrenan, patinan un poco. Hay que pelotear unos minutos para quitarles el pulido de fábrica y que dejen de patinar.



                                                   La gran mayoría de las pelotas pesan entre 65 y 66 gr.  

Unas pocas pelotas pueden bajar de 65 gr, como ésta. 64.3 gramos, algo ligera

                                                         Unas pocas pelotas pueden pasar de 66 gr., como ésta.   67 gramos, algo pesada



                                              

miércoles, 15 de marzo de 2017

Características de la pelota

    En el mercado se pueden encontrar pelotas de goma macizas de muy diversas características: pesos, botes, durezas, salidas de frontis... son muy variables.





 En esta imagen se ve la evolución de los pesos, en gramos. Se ha colocado una pelota de 100 gramos pero con esa no se jugaba, las empleaban los antidisturbios.   





Estas colecciones pertenecen a Carlos, el de Calahorra. 




Para comprender cómo deberían ser esos parámetros hay que explicar  cómo se fabricaban y cómo han evolucionado las preferencias de los pelotaris a lo largo de la historia:

    En los años 70 del siglo pasado se fabricaban pelotas de 42 a 50 gramos, de mucho bote. Exigían mucha habilidad para ser controladas, por lo que se practicaba un juego más defensivo . Pero los pelotaris fueron prefiriendo y seleccionando las menos botonas, más controlables, porque satisfacía más hacer el tanto (mover al adversario y rematar en los huecos) que aguantar enviando "a buena".
 
    Así, a principios de los años 80 ya se disponía de pelotas de 55 a 60 gramos, con menos bote. Además se buscaban pelotas con "toque", una combinación de peso y  dureza que agrada mucho cuando se golpea.

    El punto culminante de esta evolución se alcanzó a mediados de los años 80, cuando aparecieron las pelotas de "cuadro", el distintivo de tres posibles colores (amarillo, verde y rojo: muerta, medio bote y viva, respectivamente); pesaban unos 65 gramos y completaban el perfil con un toque estupendo. Se controlaban mejor que las pelotas producidas hasta entonces, se decía que eran más "nobles". Triunfaron en  los frontones hasta  los años 90 y principios del siglo nuevo.Su único problema consistía en que conforme se calentaban a lo largo del partido se ponían todas muy botonas (incluso las de cuadro amarillo) , saltarinas. Además, el fabricante no podía reproducir las características de las pelotas en diferentes remesas.

     Hasta aquí, los pelotaris ya habían conseguido que se fabricaran pelotas de acuerdo con sus preferencias mayoritarias: toque y  peso (en torno a 65-66 gramos). Se notaba que el fabricante de estas pelotas era él mismo jugador habitual: Munárriz, propietario de la empresa Cauchos Especiales, de Zaragoza.
    
    Pero los jugadores buscaban un detalle más: un bote menor, para controlar mejor la pelota. Los distribuidores de las pelotas de cuadro, los hermanos Arambillet, fabricantes de palas de Artajona (Navarra), se cansaban de escuchar a los pelotaris que acudían a su fábrica, siempre la misma cantinela: "Quiero pelotas secas". Botaban mil veces las pelotas para elegir las más muertas.


     Para solucionar el problema del bote excesivo , es decir, para conseguir pelotas de menos bote, más controlables, sólo se encontró un medio: elevar el peso de las pelotas. Así, las pelotas fueron degenerando hasta llegar a alcanzarse los 70-75 gramos. Estas pelotas resultan inadecuadas para las palas (se rompen muy fácil), para los pelotaris (se lesionan con mucha frecuencia, se jubilan anticipadamente, se asusta a los principiantes) y para el juego: consiste más en un ejercicio de fuerza que de habilidad; y se hace tan lento que resulta fácil alcanzar los remates, por lo que se juega sólo a defender y los partidos se eternizan, aburriendo a jugadores y espectadores.

De esta breve crónica podemos extraer las características que deben reunir las pelotas de goma macizas:

1. Toque. Para disfrutar del juego lo primero que debe notarse es que se goza cuando se golpea la pelota, que se siente en la pala y que sale con velocidad. Depende de la dureza,  del peso y de la salida.

2. Dureza. La dureza debe sentirse como un choque seco en la pala, pero sin ser excesiva porque, en ese caso, hace vibrar la pala, la astilla y la rompe; además, una  pelota demasiado dura desliza en la pared izquierda y esto perjudica la jugada de "dos paredes" y los efectos,  muy importantes en el uso de los espacios. La dureza adecuada, con la pelota aún fría, se encuentra en torno a los 93 durómetros Shore A, medidos con el aparato de la imagen:



                                                 Durómetro Shore A , PCE Ibérica
                                                He tomado el valor máximo de dureza después de medirla en
                                                varios puntos de la pelota.

Cuando la pelota se calienta, la dureza puede bajar a 90 durómetros Shore A.
Esos valores (93-90) han sido tomados en pelotas ya usadas. Una pelota sin estrenar tiene una dureza de 96-97 durómetros, valor excesivo que va bajando durante los primeros minutos de peloteo. 


3. Peso adecuado. Las pelotas muy ligeras (menos de 65 gramos) hacen vuelos, zigzaguean, no son nobles, no van hacia donde les indica el pelotari con su golpeo.
Las pelotas demasiado pesadas (más de 66 gramos) enlentecen el juego, tal y como se ha explicado, además de no adecuarse a las palas y de provocar lesiones. Además, tienden a deslizar sobre la pared izquierda, lo cual dificulta abrir ángulos con la jugada de dos paredes.
El margen adecuado debe conjugar dos tendencias opuestas: controlabilidad o nobleza (que tiende a elevar el peso) y velocidad suficiente (que tiende a rebajar el peso). Después de muchos años de jugar y ver jugar, y después de dejar probar prototipos de diferentes pesos a muchos pelotaris hemos llegado a afinar el margen adecuado del peso en 65-66 gramos.
4. Bote y salida del frontis. Debe existir una relación adecuada entre estos parámetros.
Las pelotas buenas son las que salen con velocidad del frontis y, además, no botan demasiado.
 Algunas pelotas salen con  muy poca velocidad del frontis, aunque se las golpee muy fuerte, parece que se aplastan, pero cuando llegan al suelo rebotan mucho. Estas pelotas favorecen un  juego más defensivo y aburrido ya que quien ataca no hace daño: no sobrepasa al adversario ni lo compromete con velocidad y sus dejadas dan tiempo para tomarse un café antes de devolverlas.
En este blog apostamos por el juego ofensivo, más divertido para los jugadores y más espectacular y vistoso para los espectadores. El ataque en la paleta goma maciza consiste en jugar con el espacio y las distancias: se trata de desplazar al adversario para abrir huecos y rematar el ellos.Por  ello, la pelota debe salir con velocidad suficiente del frontis, pero no con demasiada velocidad: en esta modalidad se facilita la defensa una vez se ha alcanzado la pelota, por lo que la velocidad no debe comprometer la devolución (excepto si el jugador se encuentra muy cerca del frontis). Si un jugador quiere comprometer al adversario mediante la velocidad, puede elegir otras modalidades de frontón (paleta cuero) donde el tanto se consigue más por medio de la velocidad.   
Del párrafo anterior se colige que la pelota de goma maciza debe salir muy bien del frontis, proporcionalmente a la fuerza de golpeo, pero no demasiado; y, además, no botar mucho, para facilitar el ataque con el golpe elegido. 
Estas pelotas, que permiten tanto la dejada como llegar al rebote, se dice que "llenan" en frontón. 

5. Agarre. La pelota de goma maciza debe presentar un gran coeficiente de rozamiento con las superficies del juego. Ello facilita los efectos y, por tanto, el control. Un buen agarre a la pared izquierda permite abrir grandes ángulos en la jugada de "dos paredes".


Algunos responsables del mantenimiento de los frontones, desconocedores del juego, usan sobre las paredes pinturas que se desprenden con el roce de la pelota, lo cual tiñe las bolas y las hace deslizar. No sólo perjudica el juego de Paleta Goma Maciza, también tiñen las pelotas de mano y de paleta cuero o pala corta, restándoles visibilidad.


Las pelotas más próximas a estas características se produjeron entre mediados de los años 80 del siglo XX y los primeros años del XXI. A éstas las llamaré pelotas antiguas buenas. Eran las pelotas de cuadro fabricadas por José Luis Munárriz (hasta que se jubiló) y distribuidas por Fabricados Deportivos Arambillet. Durante la siguiente década (2005-2016) se jugaba con las pelotas producidas antes. Se buscaban en viejas tiendas, en almacenes olvidados, en rincones de casas de pelotaris retirados... ¡Este deporte vivía un momento realmente deplorable!

¡Entonces se produjo un milagro! 

En el año 2017 el laboratorio de la empresa Karey & Solano Footwear, dirigido por José Miguel Martínez Resano,  diseñó una pelota enteramente nueva, de revolucionaria composición, que reúne las  5 características mencionadas y, además, añade estas mejoras:


6.  Bote uniforme. Las pelotas antiguas buenas botaban muy poco al inicio del partido, frías, pero después ganaban mucho bote conforme se calentaban. A lo largo del partido pasaban de muertas a medio bote y después a vivas. Calentarlas en invierno se convertía  en un gran engorro.
Las pelotas Karey no hace falta calentarlas: frías ya ofrecen el bote adecuado para empezar a jugar. A lo largo del partido ganan bote y salida pero menos que las antiguas.

7. Menor bote y más salida de frontis. Las pelotas antiguas buenas presentaban amplios márgenes de bote (en frío, las había muy vivas y muy muertas, pero calientes todas botaban mucho) y salían bien del frontis. Las pelotas Karey, en comparación con las antiguas buenas, botan menos y salen más del frontis.

  Las pelotas Karey se fabrican en dos modelos : de estrella amarilla (estrella verde en dos remesas de de 2021, pero amarilla otra vez a partir de 2022) y de estrella blanca (algo más muerta). Ambas son de medio bote, salen muy bien del frontis y nunca se ponen saltarinas. Si los jugadores consideran que una pelota se calienta demasiado, como ocurre en verano, pueden disponer de varias pelotas de refresco para ir intercambiándolas, ya que son clones.

8. Agarre excepcional. Las pelotas Karey ofrecen un coeficiente de rozamiento mucho mayor que las antiguas buenas. Ello facilita los efectos  y la jugada de "dos paredes".
    Cuando se estrenan, patinan en el suelo y en la pared durante los primeros minutos. Más tarde se nota que agarran mucho.
    Hay que tener en cuenta que algunos frontones han sido pintados con pinturas inadecuadas, deslizantes, por lo que cualquier pelota patinará en la pared izquierda.

9.. Color amarillo para frontones verdes. Hasta ahora, en los frontones oscuros (verde oscuro, morado, azul) se jugaba con pelotas blancas, de un caucho de pésima calidad, muy pesadas, con poco toque, de mucho bote y poca salida de frontis, es decir, con anti-pelotas. Los fabricantes de caucho saben que para conseguir el color blanco se usa óxido de Titanio y eso hace que el caucho quede "pastoso". Además, esas pelotas se tiñen fácil con la pintura verde de la pared o se ensucian, con lo que pierden visibilidad; y no se pueden limpiar porque son muy porosas.
Las pelotas Karey amarillas reúnen todas las características de las negras ya descritas en los puntos anteriores y se ven mucho mejor que las blancas. Además, si se tiñen de verde pueden limpiarse fácilmente con un paño y alcohol, recuperando su color.










                                              A partir de 2021, la estrella amarilla se sustituyó por estrella verde porque contrasta más con el amarillo de la pelota. Y a partir de mayo de 2022 se volvió a poner estrella amarilla. Las características de las pelotas siguen siendo las mismas, sólo se probó a cambiar el color de la estrella para mejorar la visibilidad, pero hubo problemas para homologar el verde (en la Federación Vasca), así que se volvió a la estrella amarilla.

10. Uniformidad general. Finalmente, las pelotas antiguas buenas variaban bastante en sus características (peso, bote, etc.) dentro de una misma remesa  y, sobre todo, entre diferentes remesas. Era muy difícil reproducirlas.
    Las pelotas Karey se fabrican mediante un proceso estandarizado que permite repetirlas manteniendo más constantes sus características.



    Además, los dos modelos (negra y amarilla) son iguales, semejanza que no existía entre las negras y las blancas.

    Esto solventa una necesidad de todo deporte: la estandarización.  La uniformidad del material presenta grandes ventajas:

-Si los pelotaris entrenan  con un material de características estables, su nivel mejorará, aprenderán más, ya que no tendrán que cambiar su técnica en función del tipo de pelota.

-Cuando el material es siempre el mismo, los niveles de los pelotaris se pueden establecer y comparar de forma más objetiva, no dependiendo del tipo de pelota.

-Durante un partido, se puede cambiar una pelota de, por ejemplo, estrella amarilla, por otra de estrella amarilla porque sabemos que son exactamente iguales. Esto puede ser útil  en verano, cuando  la pelota se calienta demasiado, o en frontones muy cortos.

-Quien juega habitualmente en frontón verde (con pelota amarilla) puede cambiar a frontón blanco (con pelota negra) y viceversa, sin notar cambios en el peso, la velocidad o el bote de la pelota ya que material no varía.


Estas ventajas han pasado desapercibidas para las Federaciones de Pelota. En los campeonatos permiten pelotas de pesos muy diversos, entre 63 y 75 gramos y no especifican el bote. Falta seriedad. Si un jugador saca una pelota de 75 gramos supermuerta y otro, cuando le toca el saque, elige una de 63 gramos y saltarina, entonces estamos viendo dos partidos de diferentes modalidades en uno: uno de squash y otro de frontenis, y ninguno de los dos con el material adecuado.
El trabajo del laboratorio de Karey-Solano Footwear ha sido apreciado mayoritariamente por los pelotaris, ya que ellos han sido los que han ido seleccionando las pelotas diseñadas en él. El 90 % de las pelotas que vende ahora la empresa de palas Fabricados Deportivos Arambillet son pelotas de estrella, sobre todo estrella blanca. 
Por tanto, la estandarización ya ha sido realizada de hecho. Las Federaciones no deberían pasar por alto esta realidad.   

Mi propuesta consiste en jugar sólo con un material estándar, que sirva  para niños, para adultos y para jubilados, y para ambos sexos. Subirá la afición, como ya lo está haciendo desde que se venden las pelotas de estrella. La estrella blanca cumple esas condiciones, incluso puede valer como muerta y como viva: se ponen, por ejemplo, 6 pelotas en el cesto y quien quiera muerta siempre tendrá pelotas frías , y quien quiera viva sólo tiene jugar siempre con la misma para que se mantenga caliente. En favor de esta propuesta se puede argüir que son las más demandadas en el mercado.



    Valoraciones de los pelotaris

   A lo largo de los años 2017 y 2018  se pusieron en el mercado 4 remesas de pelotas de estrella. Sus composiciones han variado un poco y esto ha afectado al bote; la razón ha sido que se han recogido opiniones de los practicantes durante dos años para dar con los botes que satisfagan a la mayoría; satisfacer  a todos es imposible.

  En 2021 aún se realizaron los últimos cambios en la composición.

  Estas pelotas son distribuidas por Fabricados Deportivos Arambillet, de Artajona.


  Intento de imitación: Euskalduna

  Las pelotas de estrella, fabricadas en Lodosa por Karey-Solano Footwear y distribuidas por Fabricados Deportivos Arambillet, han tenido tanto éxito que otro fabricante de material deportivo, Euskalduna,  ha tratado de imitarlas.

 Ese intento ha reproducido bien el símbolo, la estrella, pero no las características físicas de la pelota:
  
    -Son muy muertas cuando están frías, parece un juego de squash.
    -Cuando se calientan, salen menos del frontis que las estrellas Arambillet y botan más.

    Además, dejan en la pared izquierda marcas muy oscuras, al contrario que las pelotas Arambillet, que apenas dejan marca.

  







   



Características generales de la cancha

    La paleta goma maciza se practica en frontones de longitudes muy variables, entre 20 y 45 metros. También se juega en trinquete.
    Los frontones se pueden clasificar también por su color en: oscuros (verde oscuro, morado, azul) y claros (verde claro, crema, blanco). El color ideal es aquel que permite una perfecta visibilidad de la pelota contra cualquier fondo que pueda presentarse al pelotari durante un partido. Las pelotas pueden ser negras o amarillas; aún se usan pelotas blancas pero su mala visibilidad y la pésima calidad de su goma las van apartando de los cestos. Las pelotas negras exigen que el frontón sea claro en todas sus superficies de fondo: frontis, pared izquierda, espacio sobre las chapas de arriba, espacio bajo la chapa de abajo, espacio a la derecha del frontis, techo y suelo. Las pelotas amarillas exigen que todas esas superficies sean oscuras. Cualquier excepción en estas exigencias dificultará el normal desarrollo de los partidos dado que generará fallos y, por tanto,  no tantos ganados. Un error común y colosal cuando se pinta un frontón consiste en no tener en cuenta estas indicaciones cromáticas.


Frontón de López, Pamplona.
38m. Paredes claras (crema y blanco), techo blanco.




    En el apartado dedicado a la táctica explicaremos detalladamente que los tantos se consiguen jugando con el espacio y las distancias. Una vez comprendido esto, se entiende mejor que la pared izquierda del frontón debe evitar el deslizamiento de la pelota de goma cuando se realiza la jugada de "paredes" (enviar directamente la pelota contra la pared izquierda para que, al rebotar, salga con un gran ángulo hacia la derecha). Si la pelota desliza, no se abre a la derecha, no compromete al adversario y se elimina esa posibilidad de ataque: el juego se hace más defensivo y aburrido. En la elección del tipo de pintura también debe considerarse esta condición: evitar el deslizamiento de la pelota.

Características de la paleta

La paleta utilizada se fabrica con madera de haya y pesa entre 500 y 600 gramos.
Las más ligeras se manejan mejor pero permiten un peor control de la pelota; además, se rompen con más facilidad.
Las más pesadas duran más, permiten un mejor control de la pelota pero sólo si se tiene suficiente fuerza y buena técnica.
Cada pelotari debe elegir el peso adecuado a sus características personales.

Para aumentar su durabilidad presentan refuerzos transversales, 3 ó 6.

La superficie de la paleta puede estar perforada para mejorar el paso del aire y, así, aumentar la velocidad de golpeo. Sin agujeros la paleta gana en poder de impacto ya que el centro de gravedad se aleja del mango.

Antes de romperse y quedar inservible  presenta una o más fisuras que pueden suturarse con grampillones de 14 mm. Así se prolonga su vida útil.
Otra solución para aumentar la durabilidad de la paleta consiste en chapearla. Sin embargo, este procedimiento exige rebajar primero su grosor, con lo cual tiende a cimbrear y perder fuerza de golpeo.

Para facilitar el agarre se usan diferentes materiales sobre el mango: cinta adherente por ambas caras, pegapalo (resina), cinta de tenis (grip o sobregrip) y polvos de magnesia.

Algunos criterios para elegir una pala adecuada para cada pelotari son:
-A mayor peso, mejor control de la pelota, si tenemos fuerza suficiente y buena técnica. En general, aconsejo elegir la paleta más pesada que uno sea capaz de manejar.
-Es aconsejable empezar con paletas ligeras e ir aumentando el peso para ajustarlo a nuestra fuerza y técnica.
-Si prefieres una pala un poco cabezona, con más poder de impacto,  elige una sin perforar, sin agujeros.
-El delantero necesita una pala más ligera y menos cabezona (con agujeros), ya que dispone de menos tiempo para  armar y golpear, por lo que su técnica se basa en movimientos cortos que requieren una gran aceleración.
-El zaguero puede usar una pala más pesada ya que su estilo debe basarse más en un armado y un movimiento de golpeo más amplio, lo que permite usar un mayor recorrido para acelerar la pala.


                                                                                Grosor de la paleta: 18 mm
       IMAGEN DE PALETA GOMA MACIZA      Longitud: 50,5 cm
                                                                                Anchura: 17 cm